La piorrea o enfermedad periodontal es una patología infecciosa causada por bacterias que se encuentran en las encías, afectando a los tejidos que dan soporte a los dientes (encía, ligamento periodontal y hueso alveolar), causando una reducción o pérdida de este.
En un correcto estado de salud existe un equilibrio entre la agresión de las bacterias y la resistencia del propio individuo. Pero en caso de romperse este equilibrio, ya sea por un aumento en el número de bacterias patógenas y/o su virulencia o por una reducción de las defensas del individuo, la enfermedad periodontal puede aparecer.
Tipos de enfermedad periodontal
– Gingivitis: se localiza en las encías, provocando inflamación y sangrado en el cepillado. Existe una variante asociada con el embarazo, que se inicia en el segundo mes de gestación y que afecta entre el 30-100% de las embarazadas.
– Periodontitis: afecta a los tejidos más profundos de las encías, creando bolsas periodontales, reabsorbiendo el hueso alveolar, movilizando los dientes y hasta provocando su caída. Pueden presentarse de forma crónica (de lenta evolución y afectando a pacientes de más de 45 años) o de forma agresiva (de rápida evolución y afectando a pacientes de unos 30 años).
Factores de riesgo de la enfermedad
– Factor genético. Se identificará cuando el paciente manifieste que existe algún familiar directo con la misma patología, es decir, que refiera que se le hayan caído los dientes.
– Hábito tabáquico. Se sabe que un paciente fumador tiene entre 2 y 7 veces más riesgo de sufrir la piorrea o enfermedad periodontal. El tabaco se considera un factor de riesgo dosis-dependiente, relacionado con las substancias como la nicotina, el monóxido de carbono, etc. La eficacia del tratamiento en estos tipos de pacientes es baja, si no dejan de fumar.
– Mala higiene oral. La placa bacteriana es la principal responsable de la inflamación gingival.
– Pacientes diabéticos mal controlados. Se puede asociar con la inflamación gingival y con un empeoramiento de la salud oral si también el paciente es fumador y tiene una mala higiene oral.
– Pacientes con tratamiento farmacológico. Como inmunosupresores (ciclosporina, tacrólim, azatioprina), antiepilépticos (fenitoína) y bloqueantes de los canales de calcio (nifedipino).
Tratamiento periodontal
Independientemente de los tipos de tratamiento, los pacientes que tienen mala higiene oral y que no cumplen con las visitas de mantenimiento recomendadas tienen más probabilidad que no obtengan los resultados esperados. La terapia de mantenimiento periodontal periódica minimiza la progresión de la enfermedad periodontal, así como la pérdida de los dientes.
Tratamiento habitual:
– Diagnóstico precoz, identificando los factores de riesgo del paciente.
– Periondotograma.
– Seriada de radiografías.
– Abandono del hábito tabáquico.
– Enseñanza de una técnica de higiene oral correcta.
– Raspaje y alisado radicular de los dientes, realizados por las higienistas, ya sea en una o en varias sesiones, en función de la gravedad de la enfermedad.
– Utilización de colutorios antisépticos durante 2-3 semanas (principio activo: digluconato de clorhexidina).
– Utilización de la seda dental o de los cepillos interproximales.
– Reevaluación a los 3-6 meses.
– En casos de recidiva, puede ser necesario el uso de antibióticos específicos o la intervención quirúrgica para eliminar completamente los depósitos de bacterias en localizaciones concretas.
Los pacientes que cumplen con el tratamiento y el mantenimiento periodontal generalmente son capaces de mantener durante mucho tiempo los dientes que inicialmente tenían un pronóstico dudoso.
La enfermedad periodontal o piorrea afecta a un 30% de la población mayor de 50 años en España. Es una de las enfermedades con mayor prevalencia. Su prevención y cuidado es importante.